Se ve ya lejos en el calendario aquel martes 9 de marzo, en el que los niños volvieron a casa contando que al día siguiente tenían cole, pero que luego ya no, que se iban a traer todos los libros porque no sabían cuándo iban a volver, y tú los escuchabas y pensabas: “míralos, se han ganado tres días de vacaciones”, pero no, ni eran vacaciones, ni eran tres días.
El caso es que aquí seguimos, en casa, aquí están ellos también y estamos recogiendo sus notas sin que hayan vuelto a poner un pie en el colegio.
Se nos han desnortado los mapas, hemos vivido un tsunami más salvaje que el que vimos en la película de Bayona, ahora la vida es de otra manera. Nuestros tataranietos verán si los historiadores han tenido a bien reescribir las cosas de otro modo, pero si parece que hay unanimidad en que después de la Edad Contemporánea, habrá algo como la Edad Digital, igual después de esa viene la Edad Pandémica, sólo espero que no sea la “Edad de las Pandemias”.
Mi hijo ha aprobado tercero de primaria sin hacer un examen escrito desde el 9 de marzo y nosotros, cualquiera de nosotros, no hemos visto a nuestros jefes en persona desde marzo.
Después de convenir que vivimos en la Edad Digital, no será muy difícil acordar, que nuestra vida, desde hace unos años, se ha desdoblado en dos: la real y la “virtual”. Hay gente exitosa en una y fracasada en la otra, los hay agnósticos de una de las dos, los hay hasta que las mezclan y ligan por internet para acabar tocándose en directo… Esta dualidad multiplica nuestras oportunidades, tenemos infinitas más de las que tuvieron nuestros ancestros de la Edad Media, por ejemplo.
En estos meses, la vida física se ha reducido mucho: no nos tocamos, nos vemos menos veces, y cada vez que lo hacemos, nos vemos menos “trozo”, porque entre la mascarilla, los guantes y las gafas de sol, es dificilísimo saber si el del pasillo de Mercadona es tu primo o la vecina del 2º.
Parece lógico pensar que esa vida digital haya podido seguir transcurriendo con cierta “normalidad”, ¿no? Aunque los virus y los antivirus son más viejos que los Spectrum. Es de esperar que, ya que nos hemos desdoblado, nuestra otra mitad haya podido seguir como si tal cosa, ¿no? Pues no, por supuesto que no.
La vida digital se ha vuelto loca, completamente loca.
Las reuniones virtuales ya existían, pero a día de hoy se han disparado, y eres un triste si no tienes 6 al día. Zoom ha incrementado su número de usuarios únicos un 4.186%, Skype un 590%, WhatsApp ha superado la barrera de los 30 Millones de usuarios únicos al mes, Teams ha alcanzado los 900 millones de minutos de reuniones por semana…
El consumo de información online se multiplicó por tres en la semana posterior a la declaración del estado de alarma, y si la mayoría ya consultábamos antes, esto quiere decir que ahora dedicamos el triple de tiempo a esta tarea.
Un estudio reciente dice que, en EEUU, Tiktok está a punto de superar a Youtube en tiempo de consumo entre los targets más jóvenes. TikTok, una fábrica asiática de vídeos cortos, con filtros, audios de fondo, pegatinas… en el que especialmente los más jóvenes dan rienda suelta a su creatividad, el Quimicefa de los youtubers.
En España, el crecimiento no es tan grande como en EEUU, pero ojo con ello a la vista de los datos de cobertura entre los más jóvenes: “best is yet to come”.
El consumo de televisión creció muchísimo en las primeras semanas de confinamiento, y la publicidad, desgraciadamente para todos los que nos dedicamos a ella, fue descendiendo. Cada vez veíamos más televisión, y al mismo tiempo la televisión estaba cada vez más vacía de marcas. Ambas tendencias están remitiendo. Eso sí, la televisión, tendrá que convivir este año con un descenso en inversión que eMarketer cifra en un 21% a nivel mundial. El medio que más pierde (más que Exterior, 19%), con la paradoja de perder en inversión en el momento en que más ganaba en audiencia.
Por el camino nos hemos apuntado a Netflix, a HBO, a Disney+, a Hulu, a Rakuten, a DZN… porque los minutos de uso del televisor para hacer cosas diferentes a ver la televisión, no paran de crecer, y eso no remite. De las tres suscripciones igual cancelamos una, pero nuestra vida digital, está muy afectada, la cuota de pantalla que ocupan toooooooodos esos contenidos es enorme, cada vez más, y a eso le podemos sumar que, viendo las cifras de otros países, igual quedan unas 200 OTTs por aterrizar en España.
Según estimaciones de Cinco Días el e-commerce ha crecido más del 50% en el confinamiento.
Amazon es el guionista de la pandemia. ¿A quién se le ocurre alguna posibilidad mejor que cerrar por decreto toda tu competencia un día concreto, sin saber qué día podrán volver a abrir? Amazon ya vale en bolsa 1,14 billones, tras crecer un 35% desde el inicio de la pandemia. Quién más y quién menos hemos aumentado el set de categorías que consideraríamos comprar en Amazon, y los públicos más resistentes a la compra online se han dejado seducir por ella.
Los e-Sports se han destapado. La Asociación Española de Videojuegos ya decía antes de la pandemia que entre una población internauta de 39 Millones, 24 millones eran “jugadores”, pero ahora, entre el 13 y el 15 de marzo el tráfico de gaming aumentó un 271% con respecto a la semana anterior (datos Telefónica), y las búsquedas de consolas en Google se ha incrementado de modo astronómico: “comprar Nintendo” ha crecido un 890% de la primera a la séptima semana de pandemia.
Un hito para los e-Sports ha sido convertirse en una alternativa para las competiciones deportivas “paradas”. Las competiciones de la Formula 1 y de Nascar, que suman millones de aficionados por todo el mundo, encuentran en Twitch una réplica, una competición entre sus pilotos preferidos, pero en versión virtual, carreras que ya contactan con 70.000 usuarios.
La gente ahora hace “Animal Crossing”, que no es una práctica sexual chunga en la que mezcles un papagayo con un leopardo, no, es un remake del second life, en el que la gente vive otras vidas, mientras marcas de nuestras dos vidas, como Nike o Chanel, están poniendo dinero de verdad para que los muñecos puedan ponerse un chaleco o echarse colonia virtual.
El juego se lanzó de 2001 pero el boom ha sido con la última edición, “Animal crossing: New horizons”. Nintendo vendió 1,9 millones de copias en los primeros tres días. Es un juego sin objetivo concreto, se trata de socializar y customizar tu isla, mientras el tiempo pasa al mismo ritmo que en la vida real, incluyendo hasta las estaciones del año.
Después de la vida física y la virtual, ¿será Animal Crossing una tercera oportunidad? (reflexión personal: yo en una de las tres tengo que conseguir ser entrenador de baloncesto…)
Los que nos dedicamos a llevar el mensaje de las marcas a los consumidores podremos seguir usando códigos parecidos en lo que a medios físicos se refiere, pero mucho me temo, que nos vamos a tener que reinventar, una vez más, en lo que a digital se refiere. Hay que pensar en cómo utilizar todos estos nuevos canales para aprovecharlos al máximo.
A ver si al final, la vida física se va a quedar igual y es la digital la que más cambia, a ver si esto ha sido una pandemia física que ha traído de la mano un tsunami digital, esperemos que cuándo llegue, nos pille con una tabla bluetooth, y sepamos subirnos en la ola.
Un artículo de Javier Acebo Barreiro, Consumer Insights Director PHD Media para marketingdirecto.com
